Tengo el gusto de presentarles nuestra portada del mes de abril, a una mujer que describiríamos con una palabra: reinvención. Conversamos acerca de su vida, su llegada a Estados Unidos, sus dificultades, lecciones y oportunidades y su arduo trabajo en pro de la comunidad hispana, espero disfruten de esta conversación con una mujer realmente inspiradora.

Adriana Aristizábal tiene más de 20 años de experiencia en periodismo, relaciones públicas y gobierno, es autora best seller y conferencista, además ha figurado en las listas más prestigiosas de Estados Unidos como una de las mujeres latinas más influyentes del país.

A finales de la década de los 90, Adriana era uno de los rostros más reconocidos en Colombia, brindó cobertura en vivo de la guerra entre las FARC, los paramilitares y el gobierno colombiano desde el frente. Adriana trabajó para los canales más importantes del país, RCN, CM& y HORA CERO. En 2003 publicó su libro best seller que cuenta una historia real sobre un grupo de soldados que tropezaron con millones de dólares escondidos en barriles.  “La Guaca de las FARC: Yo la encontré” publicado por Quintero Editores.

En el 2003, el Congreso de Colombia honró a Adriana con una proclama reconociendo su trabajo como reportera de guerra. En 2004, recibió amenazas de muerte por parte del grupo terrorista de las FARC, es allí donde Adriana buscando ayuda decide salir de su país  hacia la ciudad de  Nueva York con la oportunidad de trabajar para el Consulado de Colombia; por medio de ese cargo durante nueve años tuvo contacto cercano con el mercado latino, conociendo de cerca sus necesidades y apoyando sus proyectos, en el 2010 gracias a su labor  el Consejo de Nueva York la honró por su apoyo en el campo de las Artes y la Cultura y precisamente basamos está conversación en la historia  de la latina que llega a conquistar un nuevo país, a abrir campo para la comunidad hispana en general y que hoy es la una de las voces femeninas hispanas más relevantes e influyentes de Estados Unidos gracias al trabajo realizado con  IVoice, su agencia fundada en 2013 encargada en bridar ayuda a empresas y organizaciones en Estados Unidos con intereses en mercado hispano y como consultora y vocera  en NYC & Company.

Comencemos hablando acerca de tu llegada a Estados Unidos.

Ha sido un camino largo de buenas y malas decisiones, pero realmente la vida es de tomar riesgos, de perseverancia, de tener un propósito y saber hacia dónde se va. Cuando llegué a Estados Unidos en el año 2004, luego de trabajar en RCN que es una importante cadena de televisión en Colombia, salí de mi país por amenazas por parte de las FARC, muchos colegas en ese entonces recibimos amenazas y algunos siguen siendo amenazados por grupos guerrilleros, de narcotraficantes, por delincuencia común, etc. Tengo colegas de esa época que a pesar de ello todavía siguen en el frente de batalla cubriendo las noticias del día a día en Colombia. En ese momento me encontraba en una situación muy crítica, no podía continuar cubriendo noticias de orden público, de cierta manera mi carrera había llegado hasta ahí y no tenía clara una oportunidad de reinvención, por ese motivo busqué ayuda.

Muchas personas consideran que pedir ayuda  los hace débiles, en mi caso personal cuando pedí ayuda fue cuando más estuve rodeada de fortaleza, porque mi solicitud y pedido tuvo un eco y por esa razón se me presenta la oportunidad de trabajar con el Consulado de Colombia en Nueva York; fue un proceso duro, no tenía experiencia en temas diplomáticos, llegué con un salario pequeño, con un puesto administrativo que me daba para sobrevivir junto a mi hijo que en ese entonces tenía nueve años, fueron  años duros donde tuvimos que sortear la vida, adaptarnos a un estirar un presupuesto  y buscar nuevas oportunidades. Lo primero que sabía que necesitaba era educarme, para empezar no dominaba el idioma; en ese momento los empleados del consulado teníamos acceso a educarnos en la Universidad Fairleigh Dickenson donde realicé un Master en Ciencias Administrativas y una Maestría en Diplomacia y Relaciones. Pienso que el haber estado trabajando en la guerra, ver la miseria, el dolor y la muerte me hicieron entender que era una persona supremamente afortunada, porque estaba viva, tenía un hijo, tenía un trabajo, tenía dificultades económicas, pero me propuse no dejarme vencer por el miedo y no dudar de mis capacidades. Recuerdo un día recién llegada, estaba en una cena, hubo una persona que me dijo: “Tú llegaste a este país para que tu hijo aprenda inglés porque ya a tu edad no vas a aprender” y le agradezco tanto a esa persona ese comentario, porque gracias a él aprendí a hablar inglés, me propuse primero a conquistar el idioma, a buscar todas las oportunidades, a abrirme paso y lograr de cierta manera el sueño americano.

¿Cuál fue el resultado de ese primer acercamiento al trabajar con el Consulado y conocer detalladamente la condición del latino en Estados Unidos?

Tuve una educación amplia acerca de la comunidad hispana en el tiempo que trabajé con el Consulado donde conocí en gran medida las necesidades y las soluciones, donde desarrollamos programas que tenían que ver con temas culturales y sociales junto con artistas y el entretenimiento, todo un portafolio de actividades. Hubo un aspecto importante y es que cuando yo llegué a ese trabajo yo venía escapando de la guerra y trabajando allí encontré el resultado de la guerra de mi país, empecé a encontrar personas con las que yo me identificaba, personas que venían huyendo, conocí refugiados, y también  victimarios, personas que estaban en las cárceles y me enteraba de las historias de personas que fueron secuestradas y personas que fueron liberadas, tantas historias de dolor y me identificaba con ellos,  con el residuo de la guerra del narcotráfico y del terrorismo en Colombia; por el otro lado veía que las personas estaban navegando en un nuevo país, en un nuevo sistema como yo, veía también que estas personas tenían estos retos con el idioma, así que me sentía completamente identificada y me sentía agradecida, sentía que había unas grandes oportunidades para apoyarlos a través de un trabajo privilegiado que tenía en ese momento, así que durante nueve años conocí mucho acerca de la comunidad.

Hablemos acerca de IVoice y la ayuda a empresas de Estados Unidos con interés en el mercado Hispano.

Luego de salir del consulado creé mi propia agencia de I Voice Communication en el año 2013, mi primer cliente fue Delta  Air Lines y junto ellos abrimos los primeros programas con el mercado hispano en todo Estados Unidos, tuve la oportunidad de trabajar con una firma española, Llorente Cuenca, aprendí muchísimo sobre negocios, sobre cómo se manejaban las agencias de  comunicaciones y desde hace 5 años trabajo con uno de mis clientes, el NYC & Company que es la oficina que promociona la ciudad de Nueva York en todo el mundo, mi rol es ser su portavoz a la vez ayudo en la estrategia de cómo penetrar en el mercado hispano.

Entrando un poco en el tema del sector del turismo de Nueva York. La ciudad fue una de las mas afectadas en esta industria durante la pandemia, eres una de las voces hispanas que están impulsando la reapertura. ¿Cómo ha sido este proceso?

 Mi trabajo ha cobrado cierta relevancia durante los últimos dos años de pandemia, porque aunque  Nueva York cerró en marzo del 2020 nosotros seguimos trabajando fuertemente, era una industria que al estar paralizada, generaba inmensas pérdidas, desempleo, gente sufriendo, muerte; todas estas imágenes de las calles vacías en una ciudad como esta eran impresionantes , fue un momento de crisis profunda a nivel económico, a nivel de salubridad publica y tuve la fortuna y el privilegio de que a pesar de que el equipo tuvo unas modificaciones yo seguí por el hecho de ser bilingüe  y por conocer cuál es el mensaje que necesita la comunidad latina, en ese momento desarrollamos una serie de campañas, que iban enfocadas en ayudar al latino neoyorquino a entender qué era lo que estaba ocurriendo, ayudarle a la gente a que volviera a tomar el aire libre,  retomar las caminatas,  disfrutar las zonas verdes,  los parques, fue un trabajo de comunicación de crisis, un proceso de fomentar que las personas se re enamoraran de la ciudad y redescubrieran la ciudad.

 Algo muy interesante que pasó con este proceso es que a pesar de que la ciudad y las atracciones icónicas cerraron, llegó la reinvención, muchos negocios  desaparecieron pero abrieron muchos otros, hubo muchos hoteles que cerraron pero hubo nuevos hoteles, las industrias  se reorganizaron,  de algo negativo salió algo positivo, Nueva York  resurge, renace y  se reinventa, cuando yo participé en esa campaña me sentía 100 por ciento identificada, sentía que era yo, que era mi vida, fue bello poder ser  la persona que pudiera llevar el mensaje a los latinos y decirle a la gente sí tenemos comunidades, nos podemos caer y  nos podemos levantar, nos podemos recuperar  y podemos resurgir cuando tenemos un propósito claro,  cuando sabemos a dónde queremos llegar y trabajar día a día para planear y para dar un paso hacia nuestros objetivos, buscar oportunidades, hacer alianzas y en eso consiste el proceso de recuperación y de reinvención basado en mi experiencia.

Hay un punto importante y es que el 80% de los nuevos negocios que surgieron durante la pandemia en Estados Unidos fueron creados por emprendedores latinos, esto demuestra cómo la comunidad hispana se ha vuelto un eje fundamental dentro de la economía del país y cómo se ve reflejado en gran parte en una ciudad como Nueva York.

No nos sorprenden las cifras, algo que nos caracteriza a todos los latinos que viven en Estados Unidos es que todo el que llegó a este país lo hizo por alguna razón y generalmente no hay detrás historias felices, entonces el latino que llega es aguerrido, es una persona que le gusta la lucha, es una persona que tiene en la sangre y en las venas ese deseo de surgir, de salir adelante, no le tememos a los miedos, no le tememos a los retos porque conocemos la crisis. Las cifras  reflejan que  los latinos tenemos el propósito de querer  surgir, de hacer algo productivo en este país y esta cifra me parece increíble porque eso ayuda para que el estereotipo que hay acerca del latinoamericano en los Estados Unidos cambie, es una forma de decirle a la economía de este país y a las personas que tienen estereotipada a la comunidad hispana que somos gente productiva, pagamos impuestos, estamos aquí produciendo, generando empleo, generando oportunidades ayudándole a este país a que se sostenga y continúe mejorando.

Hablemos acerca de la construcción de riqueza, ¿cuál es el cambio que tú percibes dentro de la ciudad de Nueva York para que esta brecha sea aún más pequeña con los años?

En este punto voy a ser crítica,  nosotros venimos de una sociedad y no sólo lo hablo como  colombiana sino como latinoamericana en general, primero: venimos de una sociedad que no nos educa, que no nos enseña a crear riqueza, crecemos en unas sociedades en donde si no hay dinero  no se puede salir adelante y eso es una gran defecto cuando llegamos a los Estados Unidos, segundo: nos encanta que nos paguen en cash para no pagar impuestos, tenemos ese vicio generacional, un vicio cultural que nos afecta muchísimo porque muchos hispanos no están accediendo a créditos porque no pagan impuestos y han creado compañías no formalizadas así que no existen para el Gobierno ni para las ayudas. Estamos cortos en programas de educación para las personas, si quieres prosperar en este país tienes que abrir tu empresa, tienes que organizarla, tienes que estar bajo las reglas correspondientes y tienes que estar bajo el radar porque cuando llega una pandemia como la Covid-19 los primeros que reciben acceso a los recursos y a las ayudas es la gente que tiene las empresas formalizadas. Realmente el sistema no nos tiene por fuera, realmente somos nosotros los que necesitamos adaptarnos mucho más al sistema, educándonos. Una de las cosas que considero que necesitamos para romper esa brecha es estar conscientes de qué cosas hicimos mal no para castigarnos a nosotros mismos, al contrario, para perdonarnos y para mejorar

Dirías que los latinos somos el siguiente capítulo en la historia de los Estados Unidos.

 Definitivamente somos la más grande minoría en los Estados Unidos, una minoría que sigue creciendo, que tiene un poder de gasto de 1.7 trillones de dólares, somos 61 millones de hispanos en Estados Unidos y todas estas personas consumen, compran, gastan, invierten, es una comunidad que está deseosa de participar, una comunidad muy importante en el sector del turismo y somos parte fundamental de este gran organismo que se llama Estados Unidos.

Cerremos con los aspectos a mejorar, vamos por un buen camino, pero ¿qué le dirías tú a nuestra audiencia femenina que nos hace falta o que deberíamos cambiar?

 A los latinoamericanos nos falta unidad, tenemos mucha división dentro de nuestras propias comunidades, siempre estamos mirando si son colombianos trabajando con colombianos, o venezolanos, etc. Hay sectores que han logrado avanzar porque hay una unidad entre ellos, pero debemos unirnos como latinos, creo que necesitamos más representación política por parte de los hispanos en los Estados Unidos, nuevas figuras y gente que tome el riesgo de lanzarse a cargos de elección popular para representarnos y que además tengan el apoyo general de la comunidad latina porque el  ámbito demográfico demuestra que también somos muy importantes para la votación, esto está fallando, necesitamos como latinos querernos más, tener más conexión con nuestros negocios, dar más apoyo entre nosotros, alegrarnos además de los éxitos de los demás; hablando puntualmente de las mujeres, cuando vemos una mujer haciendo algo bueno hay que apoyar, hay que aplaudir y expresarlo, una puerta que abre una mujer nos abre oportunidades a las demás.

https://youtu.be/nk6KFD4qzhc

By Luisa Rangel

@luisarangeloficial

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