Por Luisa Rangel
Karla Martínez de Salas es la editora en jefe de estas dos grandes publicaciones, por medio de una conversación digital como se desarrolla la vida actualmente, hablamos desde su casa en México. Su historia, su trayectoria y las decisiones que ha tomado a lo largo de su carrera son inspiradoras, una muestra de la pasión y entrega por cumplir sus metas, hoy es un orgullo presentarles nuestra portada Latin Glam. Karla creció en El Paso (Texas), hablando español en casa y visitando familiares en México en vacaciones. Su rostro se ilumina cuando recuerda su infancia, donde nació también su pasión por la moda, en El Paso no había tiendas grandes, pero aprecia cada momento vivido allí.
“La moda me ha apasionado mucho desde pequeña, siempre llamó mi atención, como te hace sentir, lo que transmites a través de ella; pienso que desde pequeñas nuestro primer conocimiento es la ropa, recuerdo ver a las celebridades y el mundo del estilo en televisión y me llamaba mucho la atención, tengo recuerdos de mi infancia cuando mis padres me compraban algo que quería y cómo me hacía sentir cuando lo llevaba puesto”.
Luego de graduarse de la Universidad de Arizona se mudó durante un año a París, después a Nueva York donde comenzó a desarrollar su carrera en las editoriales, durante 4 años y medio trabajo en Vogue US, y fue una de las directoras de mercadeo más jóvenes de T, la revista de estilo del New York Times, esto la hizo conocer más del mundo del estilo y no sólo de la moda, sin saberlo sus días en Nueva York fueron el propulsor de su apreciación de su herencia latina y de lo que hoy es su huella – Resaltar a Latinoamérica -.
“La verdad es que en los años que estuve en Nueva York habían pocos diseñadores latinos que eran reconocidos, el mundo se sentía más pequeño de cierta manera, tampoco había tantos latinos trabajando en la moda; con el tiempo fuimos creciendo y dejando nuestra huella, hubo una generación que impulsó a los diseñadores latinos como Carolina Herrera, Oscar de la Renta, Narciso Rodríguez, María Cornejo y luego llegaron editores como Nina García, Miguel Enamoradoy poco a poco siento que se ha ido abriendo el mundo de la moda también gracias en gran parte al mundo digital y a las redes sociales, para hacerse más global y al hablar de esto incluimos a Latinoamérica en esa conversación”.
En el 2015 junto a su esposo, se mudó a Ciudad de México donde empezaría su historia como Editora en Jefe de Vogue México y Latinoamérica. Karla recuerda sus primeros días en la editorial recibiendo propuestas para destacar a las modelos del momento que ya figuraban en otras portadas alrededor del mundo, decidida a destacar y resaltar los talentos del país y de Latinoamérica empezó una línea editorial celebrando la diversidad y la riqueza de los latinos.
“En los últimos años hemos hecho algo muy especial con Vogue y hemos resaltado desde diseñadores, artesanos, diferentes tipos de mujeres que merecen estar en nuestras páginas”.
Su primera portada fue Karlie Kloss modelo americana. Allí comenzaron los cuestionamientos, “¿por qué no empezamos a usar modelos locales?, cada vez que iba a la semana de la moda, veía más y más modelos dominicanas en los desfiles”. Si un medio hecho en México para latinos no estaba cubriendo al talento latino entonces ¿quién? Así que su primera portada para Vogue México fue Mariana Zaragoza, modelo mexicana que ha conquistado las pasarelas del mundo, seguida por Lineisy Montero modelo dominicana reconocida por sus campañas en Prada y lucir su bello pelo afro, luego la artista Camila Cabello.
En el año 2018 Yalitza Aparicio, actriz de la multipremiada película “Roma”, se convirtió en la primera mujer indígena en aparecer en una portada de Vogue, convirtiéndose en la portada más comentada de Vogue México y con mayor relevancia en el mundo digital hasta el momento, pero hablar de éxito cuando ya es un éxito es fácil, me preguntaba ¿qué había pasado por la cabeza de Karla?, ¿qué sentimientos tuvo?, ¿cómo tomó la decisión de sacar la portada que se convirtió en un ícono para la industria editorial?.
“Mi primer sentimiento era de nervios y expectativa, no sabía cómo iban a reaccionar los lectores, era una persona que no era muy conocida en México ni internacionalmente, porque nunca había actuado y esa era mi preocupación, pero luego cuando vi las fotos, la película y cuando comenzamos a trabajar con ella algo me decía que este era un momento histórico, sería la primera mujer indígena que saliera en la portada de Vogue; en lo que me quede corta fue en el impacto global que tuvo, porque hay comunidades indígenas por todo el mundo, en Australia, en Estados Unidos, en Asia, en Latinoamérica; Yalitza fue la representación de todas y ese momento fue súper importante”.
Ver a las hermanas Mendoza(tres generaciones de tortilleras oaxaqueñas) en portada y hablando de su historia es mágico, el orgullo de ver a los nuestros, de tener una imagen en las portadas semejante a nosotros, ha escrito una nueva historia, pero al final las revistas son un negocio y debes mostrar los resultados, así que hablamos acerca de la aceptación del contenido en las audiencias, reflejado en números.
“Hemos podido medir las audiencias en el último año, hemos crecido en nuestra plataforma a más de 7 millones de usuarios en México, entre los medios de lujo y moda somos el que más audiencia tiene y eso lo hemos visto reflejado en nuestras plataformas, por ejemplo la semana que sacamos la portada de Salma Hayek con su hija vimos que la audiencia latina quiere y tiene curiosidad, es una joven que habla español y que no se pierden las raíces, justo en mis redes subí un vídeo de Valentina platicando sobre su enchinador de pestañas y no es broma, lleva casi cuatro millones de visitas ese video, hemos visto más interés en la mujer latina y eso esperan de nosotros, la audiencia quiere que les mostremos quiénes son los talentos latinos, a quién tenemos que estar viendo y además ahora gracias también a plataformas como Netflix y Amazon hay muchísimo latino que está cobrando mucha fuerza en Estados Unidos teniendo relevancia en diferentes industrias, sin duda el mundo hispanohablante es supremamente importante para el entretenimiento”.
La línea editorial en manos de Karla cambió sin duda, yo la definiría como una “voz de igualdad” dada a la editorial y como en toda relación hay un intercambio, lo que ella como persona ha aprendido también de la editorial es incomparable.
“Vogue me ha dado muchísimo, me dio ese reto de poder hablar de estas personas, que la gente dejara de pensar que Vogue sólo era para saber acerca de tendencias y qué ponerte y creo que para mí ha creado una comunidad importante, un mundo en el que estamos teniendo otras conversaciones importantes. Cambió mucho la percepción de la belleza en Latinoamérica, las marcas cada vez son más inclusivas, estamos viendo a mujeres latinas representando latinas, para mí es felicidad y es muy satisfactorio que una persona me diga: “cambiaste mi vida porque una mujer morena sí puede estar en las páginas de Vogue” y es algo que a mí personalmente me ha enriquecido muchísimo”.
El poder del nombre de Vogue no se limita a las revistas y al contenido digital, bajo la dirección de Karla y como ayuda para reactivar la industria y ayudar a pequeños y grandes comercios afectados por la pandemia nació Espacio Vogue. Como su nombre lo indica es un espacio donde se reúnen marcas de toda Latinoamérica y se exhiben sus productos, en México va por su tercera versión y esta semana se celebra la segunda en Miami.
“Es importante porque es dedicado a diferentes marcas latinas y mexicanas para poder entrar a otro mercado, además queremos que las personas sigan viviendo la experiencia de regresar a sus casas con algo de un diseñador nuevo que descubrieron y que es de origen de un país a kilómetros de distancia, que tengan algo valioso en sus manos nos da mucha emoción”.
Continuando con nuestra conversación quería irme al futuro, toda acción trae una reacción, quería referirme a una palabra grande en su definición: Legado. Le pedí a Karla que se imaginara una gala donde fuera a ser reconocida por su trayectoria, ¿cuál sería su legado dentro de la historia editorial de Vogue? entre risas me dice:
“Que curioso, justo me dieron un reconocimiento del Museo del Barrio y fue súper importante para mí porque soy una niña de papás inmigrantes que creció en Estados Unidos y que no se veía reflejada en los medios ni en la televisión, mi familia no era poderosa y no crecí rodeada de contactos en la industria, así que creo que para mí fue dar esa esperanza a otras niñas como yo, que no tienes que ser de papás ricos, que no tienes que ser de una clase social específica para poder lograr tus sueños. Claro, en comparación con otras familias crecí con privilegios porque mi papá era doctor y se vino a vivir a Estados Unidos, pero luchó por ese sueño, él hizo todo lo posible para que yo también pudiera luchar por mi sueño, pero cada uno tenemos nuestros propios retos y el mío es dar visibilidad y creo que es un trabajo muy importante para mí y para el trabajo de Vogue”.
Son 27 las ediciones de Vogue en el mundo, cualquiera que aunque no sea un fanático de la moda sabe de su nombre y relevancia, así que para terminar nuestra conversación le pregunté sobre el rol de Vogue México y Latinoamérica y la diferencia entre las demás revistas, esta respuesta es también una invitación a conocer más de cerca el trabajo editorial de Karla, exaltar nuestra cultura latina y ser cada día más orgullosos de la misma, para Karla mis agradecimientos por su espacio y por sentarse a conversar conmigo.
“Es una pregunta súper importante porque ahora que puedes comprar cada Vogue por internet, que puedes verla en redes, debe haber un diferenciador. Lo importante es destacar y enseñar lo mejor de Latinoamérica, lo mejor de nuestra cultura y de la riqueza que tenemos en nuestros países, siempre digo que podría llenar ediciones y ediciones de sólo las artesanas que hay en Latinoamérica, así que creo que el trabajo es importante, quiero que cuando vea la revista alguien que no conoce Latinoamérica diga: “que increíble”, y descubra en nuestras páginas nuevos talentos, nuevos destinos, nuevas historias”.
Photos : Condé Nast